La vida cotidiana no se organiza igual en ningún lado

La respuesta a la pandemia ha producido una alteración casi completa de la vida cotidiana. Esa disrupción no sólo altera nuestro mundo interno y nuestros vínculos, sino que –además de poner al descubierto las enormes desigualdades que anidan en nuestra sociedad– también amenaza con desestructurar nuestros lazos sociales y comunitarios.

En este artículo, la reconocida psicóloga social Josefina Racedo sostiene que en un contexto como éste es necesario recuperar la experiencia histórica de nuestro pueblo, que en circunstancias dramáticas ha sabido encontrar los caminos para salir de las crisis. Según la autora, esa memoria histórica se encuentra viva en innumerables sectores y organizaciones que con su ejemplo de solidaridad y cooperación demuestran diariamente que es posible planificar la esperanza.